Hacer un Collboni a Salvador Illa
La mesa de Suiza está detenida “a la espera de saber los nuevos interlocutores”, según afirma el gobierno Sánchez. Pero resulta que no estamos hablando, como es sabido, de una mesa entre gobiernos: en aquella mesa el interlocutor era Puigdemont, básicamente por su condición de president en el exilio y por disponer de siete votos determinantes en el Congreso de los Diputados. No era el vigente president de la Generalitat, como no fuera, según se mofaba recientemente Pedro Sánchez, que Puigdemont se considerase "president legítimo" pese a no haber ganado unas elecciones. Pero era el interlocutor en Suiza, de acuerdo con esos dos factores, que, por cierto, a día de hoy no han cambiado. ¿Qué hace que ahora el gobierno español quiera esperarse a “conocer a los nuevos interlocutores”, si la presidencia de la Generalitat no jugaba ningún papel en esta mesa? No cuesta demasiado deducir que, si Illa se convierte en president (como Sánchez da por hecho), no es que cambie ningún interlocutor en la mesa: es que la mesa desaparece.
Si Illa es investido gracias a hacer un Collboni (sí, el estigma del mote acompañará al alcalde todo su mandato), es decir, si finalmente no tiene otro remedio que contar con los votos del PP y la abstención de Vox, no cabe duda de que la mesa explota. Y no solo la mesa, sino la teóricamente tan preciada "concordia y convivencia". La........
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