Cómo escuchar al president Pujol
“El que escribe...” es el recurso literario que utilizaba el joven Pujol para presentar su voz en el libro Des dels turons a l’altra banda del riu, al inicio del cual reniega de una sociedad catalana de los años 60 conformada, resignada, incapaz de apuntar hacia arriba, de ser atrevida. "El que escribía" se mostraba descontento de una sociedad con pocas ambiciones y demasiado cobarde, hundida en la mediocridad del realismo. Escuchando sus declaraciones en el homenaje en Castellterçol, el pasado viernes, me pareció que el Pujol viejo encarnaba precisamente la sociedad vieja, pequeña, resignada, que denunciaba el Pujol joven. Luego pensé más en el contenido de lo que decía, y en el porqué, y en por qué ahora, pero de entrada la sensación fue esta: Pujol venía a bajar claramente el listón de las ambiciones. Con o sin razón, que de ello ahora hablaremos, venía a hacer esto: a marcar la raya que conviene no cruzar. Sin embargo, quien escribe este artículo de entrada solo vio una preocupante (casi intolerable) invitación a apuntar hacia abajo.
La parte de razón objetiva de Pujol es cuando dice que la independencia "es muy difícil". Sí, es cierto que es muy difícil, pero su invitación a dejarlo estar "porque España es un estado muy poderoso" no indicaba dificultad sino imposibilidad. Yo creo que Pujol dice todo esto (“ahora que ya se puede........
© ElNacional.cat
visit website