Tambores de guerra
Esta semana se han pronunciado los principales líderes mundiales y con mayor o menor contundencia todos han llamado a la guerra. La OTAN ha aumentado su potencial militar con la incorporación definitiva de Suecia y Finlandia y los países europeos se ven obligados a aumentar sus gastos en armamento, obviamente en detrimento del gasto social. ¿Hacia dónde va el planeta?
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha pronunciado su discurso sobre el Estado de la Unión, elogiado por los analistas como el más enérgico de su mandato, no solo porque atacara duramente a su rival Trump como una amenaza para la democracia, sino también por su posición beligerante respecto a Rusia: “Si Estados Unidos da marcha atrás ahora —dijo—, pondrá a Ucrania en riesgo. Pondrá a Europa en riesgo. Pondrá en riesgo el mundo libre, y será una invitación para otros que nos quieren hacer daño... Ucrania puede detener a Putin si la apoyamos y le proporcionamos las armas que necesita para defenderse... No nos retiraremos. No vamos a ceder, yo no voy a ceder”.
Los líderes de Estados Unidos, Rusia y China sitúan la guerra en el centro de sus discursos ante sus respectivos parlamentos
Para poder cumplir su palabra, Biden necesita conseguir el apoyo de los republicanos en el programa de ayuda militar en Ucrania, que asciende a 61.000 millones de dólares y que se añadirían a los 50.000 millones de euros que ya ha aprobado la Unión Europea.
El discurso de Biden venía precedido por la pifia del presidente francés, Emmanuel Macron, quien había dicho: “Hoy en día no hay consenso sobre el envío de tropas sobre el terreno de forma oficial, aceptada y apoyada. Pero en términos dinámicos no es necesario descartar nada. Haremos todo lo necesario para garantizar que Rusia no pueda ganar esta guerra. La derrota de Rusia es indispensable para la seguridad y estabilidad de Europa”, declaró el presidente francés.
Y no le faltó tiempo a responder al mandatario ruso, Vladímir Putin, en su discurso anual........
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