Bienvenidos al año de todos los desastres
"Il vecchio mondo sta morendo. Quello novo tarda al comparar. E in questo chiaroscuro nascono y muestre"
"El viejo mundo muere y el nuevo mundo tarda en comparecer: ahora es la época de los monstruos"
Antonio Gramsci
No es que pretenda amargar nadie el último día de las vacaciones de Navidad, pero es que empieza el año nuevo y solo leyendo las previsiones es como para ponerse a temblar, porque en el 2024 se presenta con muchas posibilidades de cambio, y las perspectivas de cambio suelen generar optimismo, pero, tal como está todo, las opciones no son muy halagüeñas: o nos quedamos como estamos —y no es para tirar cohetes— o vamos a peor.
Si empezamos con las guerras, no se avista ningún alto el fuego, ni en Ucrania ni en Oriente Medio, y eso quiere decir que cada día mueren personas inocentes y las que no mueren sufren heridas, hambre o buscan refugio donde los rechazan.
No ha habido ni siquiera tregua de Navidad en Gaza y el conflicto araboisraelí se ha complicado con la irrupción del Estado Islámico en Irán y la incursión israelí en el Líbano. Todo parece bien conectado. Hamás practica el terrorismo no en defensa de la causa palestina, que es quien sufre las consecuencias de sus barbaridades, sino al servicio de quien quiere impedir la reconciliación entre árabes y judíos. Hamás no es nada más que el apoyo que recibe de los interesado en desestabilizar la región, es como un interruptor que un agente externo pone en marcha cuando le conviene. Y el gobierno de Netanyahu responde con una ofensiva con carácter de exterminio, solo para salvarse él, y que ha dejado sin argumentos a los demócratas defensores de la causa israelí. Es una inflexión grave que está poniendo en evidencia la autoridad moral de las democracias, especialmente de los Estados Unidos y Europa, que nunca........
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