La amnistía, un laberinto judicial
Inicio, hoy, con ilusión, una colaboración en ElNacional.cat. No he tenido excesivas dificultades para encontrar un tema para el estreno. Soy jurista —magistrado— y el tortuoso recibimiento que está sufriendo, por parte de los tribunales, la recientemente aprobada ley de amnistía, se me ha impuesto como única alternativa. En los días que llevamos de julio, se ha desplegado ante nosotros un espléndido mosaico de intrincados y heterogéneos posicionamientos judiciales: un tribunal —el Supremo— que, retorciendo el claro sentido de la ley, deniega la amnistía a los líderes políticos del procés. Otros —la Audiencia Nacional y el mismo Supremo— que archivan el caso Tsunami, pero no por la amnistía sino por otros motivos de forma. Un juzgado de instrucción de Barcelona que, en contra de lo que le ordena su superior, sigue instruyendo, no aplica la amnistía a la trama rusa del procés y remite la causa al Tribunal Supremo. Y otros tribunales a los que la ley les genera tantas dudas de solidez que abren la vía para demorar su aplicación y plantear alguna pregunta al Tribunal Constitucional o a la justicia europea: los casos Jové y Salvadó, CDRs o preparativos del 1-O, entre otros.
Hay, como vemos, para todos los gustos. Pero, de repente, salta la alarma: ¿no hay nadie, ningún tribunal, que aplique la amnistía y exonere a los beneficiarios? ¡Por supuesto que sí! Pero, paradójicamente, la mayoría de los beneficiados son, de momento, ¡los policías del 1-O! El mundo al revés, parece.
¿Cómo interpretarlo, todo esto? ¿Cómo podemos orientarnos, en este laberinto? A tal fin, desgranaré a continuación cinco recomendaciones o alertas para los que quieran comprender, de verdad, la trastienda de estas........
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