La burocracia nos consume
Hace poco se ha inaugurado en Berlín un denominado “Museo de la Burocracia”. Alemania es un país famoso por su grado de burocracia, hasta el punto que una de las promesas de campaña de los partidos que acabarían conformando la coalición de centroizquierda fue acabar con el enredo de leyes. Sin embargo, santa inocencia, todo hace pensar que los proyectos de ley que se aprobarán en el Bundestag uno de estos días serán muy insuficientes. La INSM (Iniciativa Nueva Economía Social de Mercado), una fábrica de pensamiento sobre la economía de mercado, ha acabado dedicando un museo a la burocracia. La INSM, para saberlo todo, es una organización lobbista financiada por las patronales de la industria metalúrgica y eléctrica alemanas, que hace tiempo que piden la reducción de la burocracia, vistos sus efectos en la economía alemana.
La burocratización, el menosprecio o poco apoyo por parte de las autoridades y una intervención administrativa de carácter restrictivo acaba reduciendo la productividad empresarial y las oportunidades de los trabajadores.
Evidentemente, hay un efecto de la burocracia como desventaja para hacer negocios, pero también tiene efectos sobre los individuos. Las cargas burocráticas crecientes recaen también en los ciudadanos, que a menudo nos sentimos desamparados, cosa que afecta nuestro humor y tono vital. Porque la realidad es que........
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