El Congreso se desprecia
Es de sobra sabido y demostrado que cuando la naturaleza desata su furia más destructora y ante las grandes tragedias sale a relucir lo mejor y lo peor del ser humano. Y esto ha vuelto a reproducirse durante la desgraciada catástrofe de la DANA en la que las imágenes del denodado esfuerzo, la heroicidad y la solidaridad de los servicios de rescate, de los militares, de los bomberos, de policías y guardias civiles y de tantos ciudadanos anónimos, se mezclaban con la mezquindad y la vileza de despreciables saqueadores que aprovechan la desgracia de sus semejantes para dedicarse al robo, la rapiña y el pillaje.
Pero tanto o más, innoble y repulsiva fue la inmoralidad de la presidenta del Congreso, de la lanar bancada socialista –con diputados valencianos– y de sus socios de la Frankestein que impasibles ante las víctimas del cataclismo, en ese momento eran ya 51 las víctimas mortales, se negaron a suspender la sesión plenaria de la Cámara y aprovecharon los ecos de la tragedia que........
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