A la oposición le conviene reconocer su derrota, a Claudia contener su victoria
Hay a quienes esta elección les ha abierto los ojos, hay a quienes se los ha cerrado. El problema mayor de la oposición que clama “fraude”, “elección de Estado” o “recuento de votos” no es el delirio en el que vive sino que ese delirio les impide entender lo que realmente sucedió y por lo tanto aprender de lo sucedido. De hecho, esta obstinación con las excusas confirma la razón de la derrota tan avasalladora. La ventana se les volvió espejo y al asomarse para ver más allá de los confines de lo conocido, el cristal solo acabó reflejando ese mismo mundo desde el que observaban. El descubrimiento más grande de la oposición y de una parte de la elite económica mexicana es que su mundo por más vasto que sea no deja de ser minúsculo. Aunque hay aún quienes niegan esto, por eso hay a quienes esta elección les ha abierto los ojos, hay a quienes se los ha cerrado.
La sorpresa electoral más grande no es el triunfo de Claudia Sheinbaum, sino la incapacidad de la oposición de ver y entender el país que querían gobernar. En el fondo hay un desprecio inherente a este otro México mayoritario que les ha impedido no solo entenderlo sino reconocerlo. A la oposición le es más........
© El Universal
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