Regalos de Navidad
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En estos días vertiginosos, antes de Navidad, les propusimos a las familias del jardín que, en vez de disfrazar a los niños con vestidos de poliéster, para mirarlos a través de las pantallas de sus celulares, les llevaran un regalo que no se pudiera comprar en ninguna tienda. Y como el mejor regalo de la infancia es la atención plena de los padres –con esa conexión olorosa y amorosa que da el contacto físico–, organizamos, en pequeños grupos, el círculo ritual de “la hora del cuento” para ir desenvolviendo el ovillo de la historia que cada familia llevaba envuelta en su regalo. Antes de comenzar el rito de la entrega, les conté, a niños y adultos, que hubo una vez, y no hace tantos años, cuando los padres eran pequeños, o quizás no habían nacido, un tiempo en el que no existían los celulares. En aquellos días, les dije, las fotos se tomaban con una máquina que tenía un rollo especial, que había que “revelar” en unos sitios especiales para ver, en un papel especial, las imágenes que antes habíamos........
© El Tiempo
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