El efecto de la acumulación de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera perdura por siglos. Esto significa que, aun si lográramos reducir las emisiones netas a cero mañana mismo, parte del aumento planetario de la temperatura, que ya ronda el límite de 1,5 grados estipulado por el Acuerdo de París, es un hecho consumado. Para revertirlo, será necesario extraer CO2 de la atmósfera, pero esas tecnologías aún no son costoefectivas en las escalas necesarias.

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