La imagen es recurrente. Uno o varios funcionarios del Gobierno Nacional que deben comparecer ante los medios de comunicación, desbordados por los acontecimientos, confirmando que los hechos efectivamente han ocurrido, expresando su solidaridad con las víctimas, anunciando investigación de los hechos e intervenciones decididas, prometiendo grandes inversiones sociales y, sobre todo, resultados. Ya no importa si se trata del asesinato de un alto funcionario, un desastre natural o una acción armada de los grupos ilegales que están negociando la ‘paz total’ con el Gobierno. Y tras ellos un presidente que, minutos después, desde su cuenta de X, señala al gobierno anterior, a los empresarios, jueces, congresistas, organismos de control, periodistas o comediantes, como culpables de lo sucedido.

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