La silla que ‘aprieta’
Cuentan que hace treinta años, cuando ejercía como presidente de la república César Gaviria, repetía con frecuencia que, “por fortuna en Colombia la silla aprieta”. No sólo lo decía para sobrellevar la molestia que le podía causar la irresoluble mediocridad de uno(a) que otro(a) de los altísimos(as) funcionario(as) público(as) con los que ocasionalmente interactuaba. También lo afirmaba porque era la manera como daba cuenta de la fortaleza y capacidad de las instituciones colombianas: la institucionalidad pública del país es tan sólida que no importa qué tan mediocre pueda llegar a ser laboral y profesionalmente una persona que llegue a las más altas responsabilidades del Estado.
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“Apenas tome posesión del cargo, la silla lo va a apretar de tal manera, que logrará encubrir esa mediocridad”. No tanto porque la ‘nueva’ responsabilidad lo obligue a mejorar su nivel de preparación profesional, sino –por sobretodo– porque la dinámica de las instituciones es tan fuerte e intensa, que es el trabajo de los mejores y los más........
© El Tiempo
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