Entre belicosos e intrascendentes
Que paradoja. Mientras más dura es la crisis del presidencialismo centralista, mayor es el optimismo y la confianza en el futuro que tiene la gente en los territorios. Vivimos dos países distintos, dos realidades diferentes. En uno, las instituciones del poder central que sostienen al país político se caen a pedazos; en el otro, las de la democracia local que soportan al país real se consolidan.
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Es el drama del gobierno Petro. Que no sólo no logra forjar un ambiente de optimismo más ahora que no puede ocultar las disputas entre sus ministros, ni su incapacidad para atender las emergencias que se presentan o para cumplir con las inversiones prometidas. También debe constatar cómo en los municipios y departamentos, la gente está cada vez más satisfecha y confiada en la labor de sus alcaldes y gobernadores. Reconocen su esfuerzo por atender las emergencias, recuperar el terreno perdido en manos de la delincuencia, solucionar los problemas de los servicios públicos, y reconstruir el tejido social desgarrado........
© El Tiempo
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