En modo campaña electoral
Petro es imprevisible. Cuando tenía ante sí la perspectiva de un 2024 de realizaciones y avances en sus reformas, especialmente las que tienen un trámite garantizado (como la de pensiones o a la educación superior), decide hacer un corte de tajo para cambiar la agenda política y social del Gobierno. De la movilización de las reformas para el cambio está pasando a la movilización para ganar las presidenciales de 2026.
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Es lo que se deduce cuando invita a la izquierda a formar un partido de unidad para “ganar las elecciones de 2026”, y luego cuando afirma que “toca elegir otro gobierno progresista” para profundizar el cambio. Petro parece haber entendido que el tiempo y la fuerza política necesarios para sacar adelante las reformas se están agotando. Y que tampoco tiene la capacidad institucional para cumplir con los compromisos de campaña o para sacar los ciudadanos a la calle, de manera que hoy no cuenta con una fuerza electoral que le asegure al progresismo una victoria en las presidenciales de 2026.
Esa parece ser la primera........
© El Tiempo
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