El precipicio totalitario
Han pasado ocho días desde que la Sala Disciplinaria de Instrucción de la Procuraduría (PGN), en ejercicio de sus facultades, ordenó la suspensión provisional de Álvaro Leyva del cargo de canciller de la República. Quería evitar que interviniera en el nuevo proceso licitatorio de los pasaportes, por el cual está siendo investigado. Aun así, sigue despachando e incluso firmó los estudios previos de la nueva licitación. El responsable de no acatar la medida es el presidente Petro, que no ha cumplido con la obligación constitucional de designar a la persona que, por encargo, asuma el Ministerio por el tiempo que dure la suspensión.
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El asunto era simple. Un funcionario público en ejercicio de sus labores revisa y avala los términos de una licitación pública con la que se propone contratar la elaboración y distribución de los pasaportes. Días después, la protesta del presidente Petro, que considera que la licitación puede estar amañada porque hay un único proponente, hace que Leyva declare desierta la licitación y decrete la urgencia manifiesta, que le permite........
© El Tiempo
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