El conflicto de la vivienda frente al consenso rentista
La construcción del relato mediático alrededor de la manifestación del pasado 13 de octubre en Madrid —así como de la histórica movilización del sábado 23 de noviembre en Barcelona— está tratando de capturar la cuestión en una jaula que evite la capacidad de desbordar que realmente puede tener el conflicto en torno a la vivienda. Su construcción como un problema “generacional” acotado a las posibilidades de emancipación y proyección vital de la juventud quiere situar el problema y la solución en la crisis de reproducción de las clases medias. En este sentido, son bastante gráficos algunos de los testimonios recogidos en las crónicas escritas estos días.
Se necesita un cambio; nuestros hijos tienen muchos problemas para alquilar un piso en condiciones, y eso no puede ser —ha dicho Puri en declaraciones al ARA—. Nosotros vivimos de alquiler hace muchos años y ahora somos propietarios, pero sufrimos por ellos (Ara)
Aunque es intergeneracional, el problema del acceso a la vivienda se ceba con los jóvenes. Es el caso de Sergi, Adri y Joan, tres amigos de Castelldefels (Barcelona), que siguen en casa de sus padres aunque trabajan porque no encuentran un piso asequible en su municipio. “Vecinos de mis padres pagan 1.600 euros de alquiler. Yo solo no puedo afrontar esto”, lamenta Adri (eldiario.es)
En la protesta no faltaban vecinos que no viven de alquiler, que tienen el piso pagado e incluso alquilan el de solteros o el de la suegra, pero aseguran que están en la protesta por sus hijos (El País)
Esta narración del conflicto como un problema “de los jóvenes” aderezado con la preocupación de los padres (antiguos inquilinos, propietarios hoy) por el futuro de los hijos, trata en primer lugar de realizar un giro para desplazar y ocultar el conflicto de........
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