Cuando la frontera invade tu hogar: el desahucio como infraestructura antimigratoria
En Badalona se desahucia a más de 400 personas: primero de una institución abandonada, luego nuevamente de la calle. Pienso en todos los procesos que han tenido que activarse para que esta acción se lleve a cabo. Desde la persona del Gobierno de Albiol que un día decidió iniciar un proceso judicial para dejar a cientos de personas sin techo, hasta el policía que se levantó esa madrugada, seguramente con la pereza similar a la nuestra, desayunó y se vistió en su hogar y fue a trabajar sabiendo que ese día iba a dejar a otras personas en la calle.
Lo ocurrido en Badalona parece romper incluso con las expectativas más pesimistas. Aunque el incremento del odio es evidente, una no puede evitar preguntarse: ¿cómo hemos llegado a este nivel de criminalización de la pobreza y del activismo solidario, de racismo institucionalizado y de violencia abierta? La extrema vulnerabilidad de las personas que vivían en la IB9 unió a activistas por el derecho a la vivienda, por los derechos humanos y por los derechos de la población migrante, dejándonos con una pregunta común: ¿cómo se ha vuelto posible esto y cómo podemos frenarlo?
Hace apenas unas semanas, con compañeras de la PAH, reapareció el recuerdo de la revista Pronto, que hace años que regalaba pegatinas de “Stop desahucios”. Un activista con más trayectoria que yo me compartía esa memoria con cierta nostalgia, acordándose de un tiempo en el que defender que la gente se quedara en su casa era algo ampliamente compartido, casi obvio, como el derecho que es.
Está claro que muchas cosas han cambiado desde entonces. Los desahucios por hipoteca son minoría y es hoy una población cada vez más vulnerable la que llega a las........





















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