El PP está roto, destrozado incluso. Ha bastado un tema, el de la financiación autonómica, para que la supuesta tranquilidad de la derecha salte por los aires. Feijóo se ha dado cuenta de que ya no manda en su partido y Ayuso pretende liderar el futuro, aunque el resto de los barones del PP ya no le reconocen ninguna autoridad, porque saben que ella está muy tocada por su nefasta gestión y por la presunta corrupción que la rodea.

Feijóo alardea de que para Cataluña ni agua. Aunque hace unos meses, cuando ansiaba ser presidente, estaba dispuesto a dárselo todo. En cualquier caso, sacó a la palestra el tema de la financiación autonómica. Y el presidente Pedro Sánchez, hábil como siempre, le respondió, de acuerdo, pero ¿cuál es el modelo que plantea el PP?

Y a partir de aquí, todo fue río abajo en el PP. Porque ellos nunca han tenido claro su modelo de financiación. Por eso Rajoy, incluso con mayoría absoluta, no quiso aprobar uno nuevo. Pero una cosa es que no lo tengan y otra, que los presidentes autonómicos del PP antepongan la “pela” a la ideología. Y aquí comienzan los líos, porque los codazos en la derecha son tan enormes que le pueden costar el cargo a Feijóo. Cada día son más las voces que piden la celebración de un nuevo congreso en el PP.

Vamos por partes. Todo ha sucedido muy rápido. Feijóo se ha dado cuenta que un año después de las elecciones generales ya no controla el PP y lo sabe. Por eso se ha visto obligado a dar libertad a sus barones para adelantar elecciones cuando ellos consideren conveniente. Con esta debilidad palpable, la olla........

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