El Reino de Trapisonda
Opinión | EL ESPÍRITU DE LAS LEYES
Ramón Punset
Salvador Illa y Pedro Sánchez, el pasado marzo en Barcelona durante el último congreso del PSC. / MANU MITRU
La política española, algunas veces trágica en el pasado, carece hoy de la más mínima seriedad, dignidad y sentido del interés público. Todo es embrollo, enredo y confusión. Los partidos políticos de relevancia sistémica, PSOE y PP, no tienen, ni jamás han tenido en realidad, el menor respeto por sus electores, de cuyo sufragio, ardua y ferozmente perseguido, se olvidan nada más alcanzar el poder. Véase en tal sentido, para documentar esta tesis, el excelente libro del catedrático de Sociología Juan Jesús González, “Las razones del voto en la España democrática, 1977-2023” (Catarata, 2024).
Ahora bien, hay un sujeto listísimo, de ética dudosa cuando no inequívoca, capaz de alcanzar la presidencia del Gobierno nacional sin necesidad de ganar por goleada las elecciones generales, o incluso quedando segundo en número de escaños: Pedro Sánchez. Primero realizó, en junio de 2018, la impensable hazaña de destituir a Mariano Rajoy a través de una moción de censura “constructiva” (en realidad, meramente destructiva), al lograr el apoyo de la más variopinta fauna de ese Arca de Noé en que se ha convertido el Congreso de los Diputados. Naturalmente, el nuevo presidente llegó a La Moncloa ayuno de un auténtico programa gubernamental que concitase el apoyo duradero de tal número de especies zoológicas (socialistas, podemistas, comunistas, indepes de todos........
© El Periódico de España
visit website