Cueste lo que cueste
El reciente debate de candidatos virtuales en Estados Unidos dejó una sensación de incertidumbre en el electorado norteamericano. La discusión no brilló por la competencia de los contrincantes, ni por la calidad de las respuestas y mucho menos por lo disruptivas de las propuestas. No, el debate brilló por la aparición de un Joe Biden desconectado, confuso y nervioso que sembró la duda en votantes demócratas e indecisos, de si el hoy Presidente estadounidense se encuentra en pleno uso de sus capacidades mentales y cognitivas, para dirigir los destinos del gigante americano.
Frente a la fuerte arremetida de ataques personales esgrimidos por Donald Trump, un titubeante Biden solo dejó entrever un par de tímidos contrapunteos que sobresalieron, únicamente, por notarse absolutamente libreteados y entrenados previamente con su equipo de estrategas. Ni factor sorpresa, ni mensajes contundentes en materia de inmigración o economía que son los temas que mantienen la mayor tensión entre los electores, ni titulares mediáticos y........
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