¡Y Ron se montó en ese autobús!
Ron Davis Álvarez nació en El Guarataro, un populoso barrio de la Parroquia San Juan de Caracas. A raíz de la desaparición de un tío, su abuela, angustiada por lo que había sucedido, quiso sobreproteger a sus nietos buscándoles actividades todo el día y trasladándose de un sitio a otro. Cuando Ron tenía entre nueve y diez años, se mudaron a una casa en un lugar que queda entre Guarenas y Guatire. La abuela abrió una bodeguita donde Ron la ayudaba a vender “chigüí”, y ahí fue cuando se le abrió el mundo, porque justo enfrente de la bodega había un núcleo de El Sistema. Desde el balcón veía cómo los muchachos se montaban en un autobús con sus instrumentos musicales, sus viandas y sus medallas con la cinta con la bandera de Venezuela. Cuando regresaban, se veían felices. Y Ron se decía a sí mismo “yo me quiero montar en ese autobús”. Cuando se acercaban a comprar, él los escuchaba hablar de Sibelius y de Beethoven como si estuvieran vivos, o al menos Ron lo percibía así. A los diez años empezó sus lecciones de música. “Sentí que había llegado al lugar donde quería estar toda mi vida”. Durante un año estudió solfeo, cantó en el coro y estudió percusión. Pero cuando le tocó escoger el instrumento, escogió el violín, a pesar de que también le gustaba el oboe.
A los catorce años le dieron una beca a cambio de que colaborara con el kinder musical. Se convirtió en el director de la orquesta del núcleo y dos años después, era director del núcleo. Dirigió otras orquestas y dio clases en el interior del país. Estudió en el Instituto Universitario de Estudios Musicales y en la Academia Latinoamericana de Violín. En el Mozarteum estudió Música de Cámara. Pero sus sueños estaban dirigidos a enseñar y a viajar. Los primeros viajes los realizó como integrante de la Orquesta Francisco de Miranda.
Definitivamente, el viaje que según sus propias palabras “le hizo clic” fue el que hizo a Alemania a tomar un curso de verano como violinista. Él había estado antes de........
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