Crónicas de Facundo: La reversión del daño antropológico en Venezuela
Inminente como se aprecia el regreso de la libertad en Venezuela, transcurridas dos centurias y mediando ese inédito interregno de maldad absoluta aún imperante que le han negado su existencia a la nación, podría planteársenos resolver de mano propia sobre el hipotético daño antropológico que se nos ha irrogado a los venezolanos. No para presentarnos como víctimas, tal como nos lo advierte María Corina Machado, sino para readquirir la condición de sujeto histórico que se nos ha negado hasta el presente.
El asunto podríamos darlo por ya resuelto o inexistente, si acaso nos referimos a la perspectiva que sobre un daño de tal naturaleza tiene la intelectualidad cubana al explicarnos el por qué, tras casi 70 años de sometimiento, su pueblo no ha podido zafarse del estado de postración a que se le ha sometido por el régimen comunista.
El daño antropológico, así, hace referencia de modo concreto al “servilismo, el miedo a la represión, al cambio y la falta de voluntad”, observándose las consecuencias que van desde lo individual a la familia y la sociedad: “pérdida de opciones, baja reproducción, odio, rabia, reto, sufrimiento, duelo, incertidumbre”, refiere Ivette García Morales (El daño antropológico en la sociedad cubana, 2021).
Dos variables se esgrimen a fin de que pueda validarse la configuración de dicho concepto, según los cubanos y que ellos han identificado cabalmente. Son el resultado de una experiencia real, no posible o imaginaria, como “cuando la persona vive una realidad diferente a la que se le presenta; o cuando hay pérdida de autoestima, inmovilismo, desesperanza, falta de proyectos de vida, ineficiencia emocional, inhibiciones, etc.”
De ser así, incluso habiéndose repetido en Venezuela, al calco, las acciones cubanas de quienes detentan el poder para cercenar al individuo toda capacidad para generar ideas propias, despersonalizándolo, poniéndolo de espaldas a sus valores propios e inherentes a lo humano, la lucha contra la administración bolivariana no ha cesado en los venezolanos; ha innovado, sí, aun cuando los resultados no hayan sido los esperados hasta llegado el 2023. La real cooptación o cosificación de nuestras gentes, en todo caso no ha pasado o avanzado más allá del estrato que forman las élites económicas y políticas que en el camino se volvieron funcionales al mal absoluto, los denominados alacranes.
Tras el empeño en dividirnos, encarcelarnos, matarnos, empujarnos al exilio, ciertamente que se llegó a un momento en el que “la esperanza se derrumbó”, como lo refiere María Corina........© El Impulso





















Toi Staff
Sabine Sterk
Penny S. Tee
Gideon Levy
Waka Ikeda
Grant Arthur Gochin