Borges tenía razón
El sol empieza a languidecer sol empieza languidecer y el parque se llena de niños y palomas pedigüeñas. Los niños corren, se zafan de las manos de sus cuidadores como presidiarios en su primer día de permiso. Abandonan sus mochilas y se apresuran a la conquista de toboganes y columpios. Hay una niña que está trepando por una estructura de madera con forma de pirámide. Debe tener cinco o seis años. Después de ascender a la cima con dificultad, anuncia su victoria a gritos: “¡Papá, mírame! ¿Ves cómo puedo sola? ¡Papá! ¿Me ves?”. El padre, que está sentado a pocos metros de ella, no aparta la vista de la pantalla que tiene entre las manos. Parece abducido por una fuente energética que le ofrece mejores recompensas que esta realidad. Si la escena se repite un buen número de veces, la pequeña........
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