Ocho fragmentos literarios
Fiel al vicio de coleccionar ideas y palabras felices del mundo literario, pongo aquí ocho textos dictados directamente por el espíritu.
Del plagio podemos hablar en modo policiaco: el plagiario es un sujeto que les echa mano a ideas o frases ajenas; o podemos abordarlo con el pragmatismo de André Gide: «El buen copista es un asesino: mejora tanto el botín que borra de la historia al autor original».
Borges nunca se creyó original ni dueño de nada porque «la lengua es una obra colectiva, una tradición». Quizá fue por esto que escribió al frente de Fervor de Buenos Aires: «Si las páginas que siguen consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que seas tú el lector de estos ejercicios, y yo su redactor».
En el siglo VII un hombre montado en un camello y acurrucado entre dos sacos,........
© El Espectador
visit website