“Hawthorne” por Henry James
Di 14 vueltas por la librería antes de comprarlo. Era precioso: papel terso y marfil, como el de Anagrama, caja angosta, márgenes anchas, letras rojas y negras, nada de viñetas, sobriedad monástica. Precioso y carísimo, pero irresistible: Hawthorne por James. Hawthorne es Nathaniel, el de Wakefield y La letra escarlata, y James es Henry, el de Los papeles de Aspern y Otra vuelta de tuerca.
Carísimo y aburrido, porque James narra con la parsimonia propia del siglo XIX y Hawthorne bosteza todos los días en la oficina de aduanas de la aldea de Boston. James maldice ser un británico nacido en la salvaje Nueva Inglaterra y Hawthorne se sabe maldito por ser hijo y nieto de quemadores de brujas, una profesión glamurosa en la época, sheriffs metafísicos, pero también una culpa pesada para un señor tan bueno como Hawthorne, consciente de que los males del mundo anidaban en el corazón del hombre y que la........
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