La financiación singular (I): el cupo para Cataluña
Una singularidad es un punto del espacio-tiempo donde no rigen las leyes físicas. El caso más conocido de singularidades es el de los agujeros negros, donde la acumulación de materia es tal que la fuerza de la gravedad no deja escapara la luz. No existe nada más oscuro que un agujero negro, en el que no sabemos qué ocurre, aunque nos lo podamos imaginar. Es bueno tener esta idea en la cabeza cuando se exigen "singularidades", también en cuestión de dinero.
Como era previsible, y de hecho, ya habíamos comentado en El Economista, tras la amnistía, el siguiente tema que los independentistas iban a exigir era la denominada "financiación singular". Éste es un término ambiguo, porque en un modelo común siempre hay algunas particularidades o "singularidades". Pero cuando lo que se pretende es una auténtica financiación singular, lo que se pretende es salirse, completamente, del modelo común, que es lo que están exigiendo Junts y ERC.
Este planteamiento tiene obstáculos políticos, jurídicos y económicos, pero un precedente obvio: el modelo foral vasco-navarro del cupo y el concierto (llamados respectivamente aportación y convenio en Navarra). En el modelo foral, las Diputaciones Forales (en el caso de Navarra, la Administración Tributaria autonómica) establecen y cobran los impuestos, y luego negocian una cuantía, cupo o aportación, que pagan a la Administración General del Estado para compensar los servicios generales no territoriales (como la representación diplomática), o los que presta la Administración General del Estado en el territorio, como Seguridad Social o Aduanas.
Como el País Vasco y Navarra, la primera y tercera comunidad en renta per cápita de sus habitantes, no participan en los grandes fondos de financiación del modelo autonómico, se señala que no son solidarias. La realidad es "singular" y "diferente": las Comunidades del País Vasco y Navarra reciben solidaridad de las........
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