Un país sin justicia: un futuro sin esperanza ni oportunidades
La justicia es el pilar sobre el cual se construye una sociedad organizada, equitativa y capaz de garantizar los derechos fundamentales a sus ciudadanos. Cuando este pilar tambalea o es corrompido, el impacto trasciende lo legal y afecta profundamente la estructura social, económica y política de un país. Bolivia, como muchas otras naciones en desarrollo, enfrenta una crisis judicial que amenaza no solo el presente, sino también el futuro de sus habitantes.
La justicia no es solo un concepto abstracto o una idea filosófica; es un mecanismo que regula las relaciones humanas, protege al débil del abuso del fuerte y asegura que el poder sea ejercido dentro de los límites de la ley. Sin un sistema judicial independiente, cualquier esfuerzo por construir una sociedad justa y próspera es en vano. En su ausencia, el caos, la corrupción y la arbitrariedad se convierten en la norma, generando desigualdades insostenibles y un sentimiento de desesperanza entre la población.
La justicia en nuestro país se utiliza como herramienta política. Cuando el sistema judicial se convierte en un brazo del poder político, pierde su esencia y su función principal. En Bolivia, el control del Poder Judicial por parte del Ejecutivo ha sido evidente durante las últimas décadas. Los jueces y fiscales, en lugar de actuar como garantías de la legalidad y los derechos humanos, han sido........
© El Día
visit website