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Sacrificio

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19.12.2025

La eliminación del régimen de subsidios a los combustibles no es una decisión popular ni cómoda, pero sí inevitable. Durante años se sostuvo una ficción costosa: hacer creer que el combustible barato era un beneficio del Estado, cuando en realidad era un drenaje permanente del bolsillo de los bolivianos. Son casi tres mil millones de dólares anuales que se van en sostener un modelo perverso, insostenible y profundamente regresivo.

Ese dinero no sale de una caja abstracta llamada Estado. Sale de la gente, aunque no siempre lo vea. Hoy el impacto es directo: el precio sube, la economía familiar siente el golpe y el malestar aparece. Pero no había alternativa. El país ya no tiene dólares para seguir importando combustible, las reservas internacionales están exhaustas y el........

© El Día