La "generación de cristal" hace la mili en Valencia: son más duros de lo que creías
En los últimos días hemos visto algo asombroso: la “generación de cristal”, esos jóvenes sobre los que pesan tantas dudas y sospechas, ha hecho la mili en Valencia sin necesidad de que nadie los obligue a alistarse. Miembros de un grupo de edad sobrecargado de móviles, sobrediagnosticado y sobremedicado, presos de un sistema educativo que desprecia sus aptitudes y, según se dice, con poca tolerancia a la frustración, han agarrado la escoba y han dado una lección al mundo.
“Lo que necesitan es una guerra”. “Un pico y una pala les daba yo”. “Doblando el lomo se quitan las tonterías”. Pues ahí los tenéis. ¿Quiénes son? ¿De dónde han salido?
Según a quien preguntes, son los fascistas de ultraderecha y además nazis que gritan “¡Franco!” para desesperar al profe; son los neocomunistas matriculados en primero de Estudios de Género que confunden Palestina con lo gay y le hacen escraches a quien piensa diferente; son los adictos al porno desde los ocho años, violadores en potencia que desprecian el consentimiento y necesitan que los corrija una charla impartida por la prima de Pam; son los que han llevado el acoso escolar a cotas criminales y provocan suicidios con sus móviles; son los que se suicidan si les ponen un sobresaliente bajo en el examen; son los mamelucos que hacen el canelo en TikTok y se cortan el pelo a lo brócoli; son los cayetanos, los wokes, los ninis; son los hipersensibles paralizados por sus propias emociones; son “les niñes” que no saben ni lo que son y chillan si les pisas el pronombre; son ellos, son ellas: el monstruo, el negro futuro que nos espera, que nos atropella; la generación que impugna todo lo construido por la sabiduría y el buen hacer de los mayores.
¿Y qué hacían, mientras tanto, los “adultos responsables”? ¿Qué hacía la élite de las generaciones bien formadas, bien moralizadas, bien construidas? Muchos de los que mandan y tienen influencia en el mundo “adulto y responsable” han dedicado esta semana fantástica al cultivo del “relato”. Los propagandistas se han puesto las pilas y ahora toca contarnos que todo funcionó a la perfección, salvo cuando lo manejaba el oponente. Toca inventar otra amenaza contra la democracia. Tiempo han tenido: mientras los chavales se dejaban los cuernos en el barro, los despachos producían fango.
Mientras los chavales se dejaban los cuernos en el barro, los despachos producían fango
¿Habrán votado alguna vez muchos de esos chavales de la escoba? ¿Son de izquierdas, de derechas? Da exactamente igual lo que piensen: aquí seremos juzgados por lo que hacemos. Me tiene loco que en ciertas cuentas de Twitter de cuarentones con la banderita de Europa o el triangulito para abajo se abomine de grupúsculos de extrema derecha que estarían, atención, ayudando a las víctimas que no ayuda el Gobierno central ni autonómico, en vez de apedrear inmigrantes. ¡Pues sí que están humanitarios los inhumanos!
¿Qué hacen mientras muchos de los viejos demócratas constitucionales? La responsabilidad de los dos grandes partidos políticos la ve cualquiera que no padezca esa hemiplejia ética tan........
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