El fin de la cátedra Transformación Social Competitiva que codirigía Begoña Gómez en la Complutense deja un inmenso cráter en el terreno de las materias docentes del sector universitario español. No es algo que ocurra todos los días. En la historia humana, este capítulo aciago se suma a otras catástrofes contra el conocimiento, como la quema de la Biblioteca de Alejandría, el Índice de Libros Prohibidos de la Inquisición o la Revolución Cultural de Mao.

Los estudiantes, deseosos (más bien: necesitados) de instruirse a toda prisa en los arcanos que hacen posible una Transformación Social Competitiva, por ejemplo frente a los desafíos de la digitalización y la economía circular, o ante los retos de la hiperconexión en un mundo global, o en el contexto geopolítico del ecofeminismo vegano y paradigmas por el estilo, están perdidos. ¿Qué estudiar? ¿Dónde matricularse?

La Universidad debe ofrecer una respuesta generosa con puntualidad. Si, tras la debacle de la cátedra de Begoña, la institución quiere recuperar la sintonía con las necesidades de un alumnado ávido de transformaciones sociales competitivas, el hueco ha de llenarse a toda prisa.

Por fortuna, contamos con un surtido de expertos punteros en todas las ramas de la administración y concretamente entre la élite política. Sin llegar a la altura jerárquica de la mujer del presidente, existen servidores públicos capaces de responder a cada crisis con imaginación y encontrar oportunidades tras cada fracaso.

Podría impartirse el máster “Horizontes de consenso en las Relaciones Internacionales Norte-Sur” para estudiar la amenaza que supone un proceso electoral libre en determinados países sudamericanos. En este curso, codirigido por la prima de José Luis Rodríguez Zapatero, los estudiantes descubrirán que no se debe demonizar ningún gobierno porque siempre existen posibilidades para nuevas vías de negocio, y que la postura más razonable en todo conflicto siempre es hablar mucho de consenso.........

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