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Tristes espectáculos políticos

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04.04.2024

Los partidos políticos tienen una necesidad permanente de mostrarse con un fondo de ideas y programas que den fe de su actividad y compromiso con la búsqueda de la eficacia y la mejora. Pero esos deseos requieren capacidad para cumplir con lo que se dice, y, por supuesto, no excederse en la manipulación de los hechos, pues eso da paso al abuso de la mentira. En el panorama nacional se observan las líneas más o menos claras por las que discurre la actividad de cada uno de ellos. Pero el problema es que, por lo común, no les queda otra que seguir la senda que han elegido, aunque en apariencia lancen ideas para mostrar otra cosa.

El PSOE, y es el primer ejemplo, enzarzado y atrapado con su ley de amnistía, perfecta y oportuna según sus dirigentes, pero que está llamada a ser el primero de los errores que puede llevarlos al hundimiento, se esfuerza por dar la imagen de partido que está cumpliendo un programa de gobierno, que no se reduce a lo de la amnistía, aunque parezca que esa va a ser su única tarea legislativa (en unión de la grave renuncia a los presupuestos) hasta las próximas elecciones. Esa imagen no se puede dar, y para evitarlo hay que improvisar cada día cuál habrá de ser la siguiente acción política, no vaya a creer la gente que con lo de la amnistía agota su fecundo caudal de ideas.

En esa línea anuncia, una vez más, que va a abolir la prostitución a través del derecho (especialmente, del derecho penal). La 'idea' no es nueva, pues ya había sido intentada en el pasado, terminando con la renuncia al proyecto, tal vez porque incluso para los técnicos del PSOE eran excesivos los obstáculos jurídicos que se alzaban. Realmente, si tan fácil es conseguir algo así –dejando de lado el trasfondo ideológico y moralista- habría que aprovechar esas habilidades técnicas para suprimir, de paso, la corrupción, la gripe o la codicia, por citar solo algunos problemas. Pero el propio Sánchez dijo que la abolición de la prostitución era una promesa pendiente, y, siendo así, no cabe hablar de problemas jurídicos o sociales.

Al parecer, esos obstáculos han dejado de existir o de importar, pues el gabinete de pensamiento, o el propio Sr. Bolaños, en rol de gurú, señalan........

© El Confidencial


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