Todo listo en Prádena para la Virgen del Rosario
A poco que uno se meta en la Cueva de los Enebralejos, con sus paredes húmedas y sus grabados enigmáticos, puede imaginarse a los antepasados de Prádena, hace miles de años, entregados a su propio programa de fiestas. No había charangas ni calderetas populares, de acuerdo. Pero había hogueras, había danza tribal y música, había juegos de fuerza y, sobre todo, había lo que nunca cambia: ganas de olvidarse del trabajo, del frío que se avecina y de los espíritus que acechaban en la noche. Eso es lo que hace hoy, con más cobertura y altavoces, la gente de Prádena en sus fiestas de octubre. Cambian los instrumentos, no la esencia.
El viernes 3 arranca con los niños lanzando chitos, juego, por cierto, que bien podría haber practicado cualquier zagal prehistórico. Luego se abre la exposición ‘Segovia, la ciudad de los globos’, una mirada distinta a la capital y sus cielos.
A las siete, ofrenda floral a la Virgen del Rosario, la patrona y el alma. Y a las ocho y media, el mundo desfila de peña en peña, con la charanga El Boquerón marcando el paso. Pura procesión de clanes: color, ruido y máscaras convocando a la fiesta. Media hora después, Raquel Alonso, delegada territorial, dará el pregón desde el balcón del ayuntamiento. Chupinazo, bandas, disfraces y vino, el ritual de siempre para atraer la suerte y ahuyentar a los malos espíritus. La noche culmina con la Orquesta Radar: luz, altavoces y baile bajo las estrellas.
El sábado 4 comienza con la pelota mano. Juego duro, de piel contra piedra, de búsqueda de espacios y estrategia. Después llega el tiro al plato en El Cerro Pelao, los descendientes de aquellos cazadores siguen afinando la puntería.
Los niños se entregan al parque infantil mientras los mayores participan en el concurso de lanzamiento de pipo de aceituna. No es cosa de broma cuando de por medio hay un jamón de premio.
A las 13:00, vermú con charanga, antes de arrimar sillas y mesas para compartir la paella. DJ KO pone música en el frontón, mientras el espectáculo de circo arranca en la plaza. Los Tiritirantes con sus acrobacias y sus dragones, contando historias y entreteniendo a mayores y niños hasta que llegue la noche. La Orquesta Cañón será la encargada de convertir la plaza en pista de baile. Y en el descanso, el bingo pone la emoción con 160 eurazos de premio al ganador.
El domingo 5 se abre con dianas y pasacalles, música para despertar a la tribu. La misa a la Virgen del Rosario recuerda que en cada época hay un altar donde mirar. Luego baile y vermú para continuar........





















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