Barcelona, no me cabe la más mínima duda, es una ciudad sorprendente, activa, llena de iniciativas permanentes que sabe aprovechar sus recursos patrimoniales en un juego en que se compensa la mirada histórica y la proyección futura. El equilibrio juega a su favor y la convierte en una atracción de primer orden. Solo hace falta hablar del Paseo de Gracia, por citar la referencia a la que acudo, para darnos cuenta de la afirmación. En él, entre otras, la Casa Batlló, una de las obras maestras de Gaudí, prácticamente siempre abarrotada de público, con largas colas en la calle especialmente durante el verano y los fines de semana. Gaudí es otro de los sueños viajeros de muchos ciudadanos repartidos por el mundo.

Como ocurre casi siempre, los grandes hitos restan luz a otros, también importantes y, sin duda, merecedores de atención. Pues bien, uno de estos últimos, también visitable, por supuesto, está al ladito mismo de la citada de Gaudí. Se trata de la conocida como Casa de Amatller (1900): obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch, es el primer edificio modernista del Eixample barcelonés, construido para alojar a la familia del maestro chocolatero Antoni Amatller, también coleccionista de arte y fotógrafo (1851-1910).

El visitante se traslada durante la visita a los orígenes del Modernismo catalán, dentro del contexto histórico y familiar. Pero también –y aquí llegaron mis gozos más acentuados- disfrutará con la experiencia inmersiva dedicada a los dragones del Modernismo, con una visión de la historia de la ciudad y su relación con este animal simbólico.

La realidad virtual ha supuesto para mí, además de un descubrimiento, un auténtico gozo, quizá porque instalarse, aunque sea de forma muy pasajera, fuera de la realidad real tiene no poco de aliciente. En este segundo caso, según me indicaron poniéndome el correspondiente aparataje, acompañado de la dragona Lucía. Qué buena compañía para recorrer la casa por un mundo de ilusiones y fantasías. Un viaje intenso y hermoso. Deslumbrante.

¿Le gustó la experiencia?, me preguntaron. ¿Se acordará de la dragona Lucía? Claro, respondí. Pasado mañana tengo una cita con la Lucía que conserva la vista. La del retablo mayor de mi pueblo. Ojalá ampare a sus protegidos con una visión más esperanzadora del futuro. Los sueños también forman parte de la vida.

QOSHE - La dragona Lucía - Alfonso García
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La dragona Lucía

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11.12.2023

Barcelona, no me cabe la más mínima duda, es una ciudad sorprendente, activa, llena de iniciativas permanentes que sabe aprovechar sus recursos patrimoniales en un juego en que se compensa la mirada histórica y la proyección futura. El equilibrio juega a su favor y la convierte en una atracción de primer orden. Solo hace falta hablar del Paseo de Gracia, por citar la referencia a la que acudo, para darnos cuenta de la afirmación. En él, entre otras, la Casa Batlló, una de las obras maestras de Gaudí, prácticamente siempre abarrotada de público, con largas colas en la calle especialmente........

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