Pasamos página
Cuando el ladronzuelo se percató de que las bolsas recién robadas con la desenvoltura del tirón solo portaban libros soltó el botín. ¿¡Libros!? ¿¡Quién quiere libros!? Ya ni las bibliotecas los quieren. Las donaciones no son bien recibidas. Cierren la puerta. Las voces impresas sobran en las estanterías solitarias. No tenemos ganas de caricias. Vivimos deprisa. Cansa el silencio de la lectura. Dormirse entre letras no seduce. Sábanas frías o demasiado calientes. Faltan historias de verdad y las que son se cuentan rápido en pantallas que no sienten. Sufrimos en divanes solitarios ahogados en el esperpento de un tal Valle Inclán.
Con una persona leída la segunda copa tiene razón. El fetiche, el ídolo, el Happy Buda, la sonrisa de Joker en Instagram solo son flor para un par de paradas del Tranvía. Y no justifiquemos estos malos tiempos para la lírica. La mercancía que portamos enriquece, es vano........
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