La biblioteca
Del estudio de arquitectura de Carlos Schwartz, en la calle Suárez Guerra, siempre recordaré la fotografía en blanco y negro de una biblioteca con su sillón de lectura y paños de ganchillo. La imagen de gran formato cubría la pared de enfrente de una sobria habitación iluminada en sus laterales por el ventanal de un patio interior y la abertura de un arco adintelado hacia la estancia contigua. Aquellos libros revelados no necesitaban distracciones, miradas dispersas. No sabría decir, ahora, qué demás enseres vestían el cuarto de techo alto y suelo hidráulico, lo normal en las casonas burguesas de cuando Santa Cruz de Tenerife era la capital de Canarias.
Al arquitecto Schwartz (fotógrafo a cada rato) le sedujo la colmada estantería de Domingo Pérez Minik, nutrida al amparo de las vanguardias históricas que a partir de los años treinta del siglo veinte velaron por la creación artística. El dramaturgo,........
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