Clusterización y ecosistemas para el binomio Economía-Territorio
La polémica en torno al mantenimiento de lo que se suponía sería un “gravamen temporal” a determinadas empresas e industrias impuesto por el gobierno español al objeto de financiar los desequilibrios presupuestarios como consecuencia del covid y a la exigencia europea de una transposición impositiva y presupuestaria para mitigar sus desequilibrios fiscales, al margen de su condición o no de impuesto, su utilidad o no, la pertenencia o no, la discriminación o no de la competencia y el condicionamiento paralizante o no de inversiones previstas, o la deslocalización o no de inversiones en proyectos cualificados como prioritarios, alineados con la estrategia europea, su autonomía y de su viabilidad o necesidad de emprenderlos en otros países o, finalmente, del cuestionamiento de la seguridad jurídica, ha puesto de manifiesto otro debate conceptual de máximo alcance desde el punto de vista de la llamada Nueva Política Industrial y de las estrategias para el desarrollo económico y social de regiones y, la modalidad de partenariados público-privados.
Ha sido, a la vez, la evidente debilidad de un gobierno en minoría que necesita, para cada paso que da, para cualquier norma que requiera aprobar, de una multitud de apoyos, con evidentes diferencias en sus modelos de desarrollo económico y regional, del rol de la fiscalidad, del apoyo o criminalización de la iniciativa privada y, por supuesto del concepto y práctica de lo que es, en definitiva, una economía productiva y, en consecuencia, una política industrial y la diferente conceptualización de los tejidos económicos y sociales claramente diferenciables a lo largo del Estado.
Así, hoy, cuando la Política Industrial renace a lo largo del mundo y se le confiere un papel determinante para el futuro y prosperidad de las diferentes naciones, asistimos a nuevas ideas, contenidos y conceptos que, en los últimos años, parecerían haberse instalado entre nosotros: Ecosistemas, y que acogen la innumerable pista de aterrizaje de la nueva financiación pública para afrontar los desafíos del mañana.
Sin duda, la complejidad y velocidad de los cambios exponenciales que provocan las “revoluciones y/o transiciones” (también exponenciales) más allá de las tecnologías que conllevan, así como la dimensión extendida de una extraordinaria interacción de empresas, industrias, organismos facilitadores, públicos y privados, en un espacio regional concreto, ha dado por “inevitable” la configuración de corredores (verde, del hidrógeno...), de agrupaciones........
© Deia
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