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El idioma del alcalde de Ojacastro

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03.12.2025

El político abertzale navarro Manuel Irujo Ollo (1891-1981), a pesar de haber recibido de niño en Bilbao, clases de la mano del filólogo lekeitiarra Resurrección María de Azkue, nunca llegó a dominar el euzkera (así lo escribía él) pero amó profundamente la lengua natural del viejo reino pirenaico y de todos los vascos. Dicho desconocimiento fue una espina clavada, un anhelo de vida que le llevó a afirmar en varias ocasiones que, si lo supiera, sólo hablaría en ese idioma.

Su lucha denodada por la pervivencia, recuperación y desarrollo integral del que calificaba como lengua nacional, fue, a lo largo de su vida, una batalla sin cuartel, en pro de lo que hoy conceptuamos como normalización lingüística: “En la Euzkadi que propugnamos –decía–, el euzkera ocupará un lugar preponderante. Se utilizarán todos los medios que sean necesarios para que el euzkera sea el medio de expresión familiar, social y cultural, de todos los ciudadanos vascos. El euzkera es y deberá seguir siendo, como una verdad axiomática, la lengua nacional de los vascos”.

Para el estellés, el euskera ocupaba el lugar central de la identificación como pueblo vasco o Euskalerria, considerándolo como el elemento estructurador del hecho vasco, “quintaesencia de nuestra nacionalidad y personalidad” y “expresión más genuina del alma vasca”. Una centralidad medular que significaba la razón misma del nacionalismo vasco: “Sin la razón de la defensa del euskera –afirmaba tajante–, las persecuciones, sacrificios, torturas y muertes de tantos patriotas, no tienen sentido, hubieran sido un absurdo”.

No obstante, el euskera no tenía para el León Nabarro (con este sobrenombre se le conocía) solamente un valor intrínseco como núcleo esencial aglutinador del grupo humano vasco, sino que le concedía un rango de universalidad al calificarlo como “la mejor aportación que los vascos podemos hacer a la cultura........

© Deia (Tribuna Abierta)