LA HABANA, Cuba. – José Martí, como todos los años, recibe homenajes en el 171 aniversario de su nacimiento, con ofrendas florales, conferencias, documentales, actos políticos y la Marcha de las Antorchas desde la escalinata de la Universidad de La Habana hasta la Fragua Martiana. Si el Apóstol pudiera ver Cuba en la actualidad, se horrorizaría al constatar que no es la República que él ideó “con todos y para el bien de todos”.

Los criollos sumidos en la pobreza no podrían brindarle la tradicional tacita de café azucarado, ya que la principal industria nutricia de la cubanidad fue destruida por la Revolución. El Gobierno haría un agasajo y le impondría medallas en el pecho. Seguramente él se sentiría abrumado por las medidas, reglamentos y resoluciones, y lo incorporarían a un grupo de trabajo para la innovación adscrito al Programa Macroeconómico, donde no podría hacer valer sus opiniones para reconstruir el país.

En el barrio y la calle, Martí se alarmaría por la ausencia de valores cívicos y morales, el comportamiento vulgar, las palabras soeces, las faltas de ortografía, las colas para comprar lo poco ofertado y los precios de espanto, la música a todo volumen, los empujones para entrar a los ómnibus donde se puede perder el teléfono celular y la pobre billetera, las críticas a las decisiones del Gobierno y los esfuerzos para escapar del país.

Las personas nacidas después de 1959 constituyen alrededor del 80% de la población cubana, de manera que desconocen el desarrollo pujante, con sus luces y sombras, de la República instaurada en 1902. Ellas solo han sufrido las carencias de leche, alimentos, ropa, zapatos, juguetes, vivienda, la simulación, las mentiras y el adoctrinamiento. Mientras, sus sueños de alcanzar el futuro mejor prometido se han convertido en la pesadilla del bozal, la cárcel o el exilio.

El pensamiento de Martí ha sido reinterpretado desde su caída en combate en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895: el Gobierno siempre lo ha adecuado a los intereses del momento. Las citas, muchas veces sacadas de contexto, han proliferado, de manera que los textos originales han quedado casi únicamente para los historiadores, que quizás los acomodan a sus criterios ideológicos y compromisos políticos.

Por tanto, se perdió la República que él concebía, que debía nacer de la guerra de independencia, a cuya organización se consagró. Lamentablemente, su temprana muerte, luego de enfrentar las discrepancias de las distintas tendencias y la diversidad de propósitos de los generales mambises, lo convirtieron en una estéril estatua de mármol, a la que se citaba según la conveniencia.

Al ocurrir el golpe de Estado de Fulgencio Batista en 1952, los jóvenes en la Universidad de La Habana se inspiraron en Martí para sustentar el movimiento de resistencia. Fidel Castro se apropió de la única personalidad impoluta, y lo proclamó autor intelectual de la Revolución desde el juicio por su ataque al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba.

No obstante, hay muchos cubanos que se esfuerzan por lograr los cambios para que Cuba sea participativa y democrática, “con todos y para el bien de todos”.

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QOSHE - José Martí: el horror que le provocaría Cuba - Miriam Leiva
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José Martí: el horror que le provocaría Cuba

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30.01.2024

LA HABANA, Cuba. – José Martí, como todos los años, recibe homenajes en el 171 aniversario de su nacimiento, con ofrendas florales, conferencias, documentales, actos políticos y la Marcha de las Antorchas desde la escalinata de la Universidad de La Habana hasta la Fragua Martiana. Si el Apóstol pudiera ver Cuba en la actualidad, se horrorizaría al constatar que no es la República que él ideó “con todos y para el bien de todos”.

Los criollos sumidos en la pobreza no podrían brindarle la tradicional tacita de café azucarado, ya que la principal industria nutricia de la cubanidad fue destruida por la Revolución. El Gobierno haría un agasajo y le impondría medallas en el pecho. Seguramente él se sentiría abrumado por las medidas, reglamentos y resoluciones, y lo incorporarían a un grupo de trabajo para la innovación adscrito al Programa Macroeconómico,........

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