China está superando a Occidente en vehículos eléctricos
En mayo de 2024, la Casa Blanca anunció una serie de nuevos aranceles sobre los productos chinos, incluido un impuesto del 100 por ciento sobre las importaciones de vehículos eléctricos (“EV”, por sus siglas en inglés) chinos, que entrará en vigor a finales de este año. La Unión Europea le siguió de cerca. En julio, la Comisión anunció aranceles del 17,4 al 37,6 por ciento para fabricantes chinos de vehículos eléctricos. Y en agosto, Canadá anunció aranceles del 100 por ciento sobre los EV chinos, junto con aranceles del 25 por ciento sobre el acero y el aluminio chinos.
La Casa Blanca insistió en que las medidas “protegerían a los fabricantes estadounidenses de las prácticas comerciales desleales de China” y garantizarían que “el futuro de la industria automovilística será fabricado en Estados Unidos por trabajadorxs estadounidenses”. La Comisión Europea citó la “subvención desleal” de China y Canadá advirtió de la amenaza de la “política intencionada de exceso de capacidad dirigida por el Estado” de China. En esta narrativa, ahora coreografiada y ritualizada en todo Occidente, el “exceso de capacidad” de China es el culpable de los crecientes déficits comerciales de Occidente y de su persistente incapacidad para reindustrializarse.
China ha respondido con firmeza a estas acusaciones. En mayo, en una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la comisaria europea, Ursula von der Leyen, el presidente chino, Xi Jinping, afirmó que no existe el “problema del exceso de capacidad de China” y subrayó la contribución de China a la transición ecológica. El Ministerio de Relaciones Exteriores chino afirmó que la tesis del “exceso de capacidad” era un “pretexto” para crear nuevas restricciones a los productos energéticos de China.
El “exceso de capacidad” de China y el declive industrial de Occidente
El exceso de capacidad puede medirse de tres maneras. En primer lugar, podemos fijarnos en la “tasa de utilización de la capacidad”, o en el grado de utilización de la capacidad industrial disponible. En segundo lugar, podemos fijarnos en los niveles de existencias; un elevado número de bienes sin vender acumulando polvo en los depósitos podría sugerir que la producción supera a la demanda. En tercer lugar, podemos fijarnos en los márgenes de beneficio, que tendrían que disminuir para ayudar a vaciar los rebosantes depósitos y dejar paso a nuevos productos.
Como descubrió el comentarista económico francés Arnaud Bertrand, China no muestra signos de “exceso de capacidad” en ninguna de estas medidas. Al contrario, sus índices de utilización industrial y sus niveles de existencias son similares a los de los Estados Unidos, y los márgenes de ganancias chinos se están disparando.
El declive industrial de Occidente precede de lejos al ascenso de China
Pero incluso si la tesis del “exceso de capacidad” fuera cierta, el declive industrial de Occidente precede de lejos al ascenso de China. En los Estados Unidos, la balanza comercial ha registrado un déficit sostenido desde finales de los años setenta. Al cambiar la estructura productiva de su........
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