La angustia por el GNL pasa de los consumidores a los productores
Hace unos años, era mucho mejor vender gas natural licuado que comprarlo. La invasión de Ucrania a principios de 2022 hizo que el precio del gas europeo se disparara a más de 300 euros por megavatio hora (MWh), 15 veces su nivel a largo plazo antes de 2021. A medida que los productores de gas aumenten la oferta, es probable que la segunda mitad de la década sea mejor para los consumidores y más difícil para las empresas que extraen este combustible fósil.
El mundo consume 2.900 millones de toneladas métricas (4 billones de metros cúbicos) de gas natural al año. De esa cantidad, unos 400 millones de toneladas, el 14%, se convierten en gas natural licuado (GNL). El proceso consiste en enfriar el gas natural en instalaciones especiales de licuefacción a -162 grados Celsius, condensando así su volumen 600 veces. El líquido resultante es lo bastante portátil para dar la vuelta al mundo y llegar a un país importador, donde se devuelve a su estado gaseoso y se utiliza como combustible en fábricas y para calentar hogares.
Es en el GNL donde está el crecimiento de la industria del gas. Shell, la mayor comercializadora del mundo, prevé que el suministro mundial crezca a una tasa anual compuesta del 3,6% hasta 2040, mientras que el gas suministrado por gasoducto se reducirá un 0,2% al año. Tras la invasión de Ucrania, la cuota del GNL en el suministro europeo de gas pasó del 19% al 33%, al alejarse los países de los gasoductos rusos.
Los productores están respondiendo al aumento de la demanda y de los precios. Qatar y EE UU, que junto con Australia produjeron casi dos tercios del GNL mundial el año pasado, están a la cabeza. Shell cree que la oferta global podría aumentar de 400 a 600 millones de toneladas en 2030. Los analistas de Goldman Sachs........
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