El intercambio de rehenes de Putin es inquietante para los altos directivos
Los empresarios tienen muchas razones para temer las consecuencias del reciente intercambio de prisioneros entre Rusia y las potencias occidentales. Podría anunciar una era en la que la toma de rehenes se convirtiera en una herramienta habitual de la política exterior de Moscú y servir de ejemplo para otros regímenes autoritarios. Comerciar o invertir en estos países se convertiría entonces en una propuesta de mucho mayor riesgo.
El intercambio de espías fue rutinario durante décadas en la Guerra Fría, parte del juego diplomático entre la Unión Soviética y Estados Unidos y, en menor medida, Europa Occidental. Las grandes potencias se espiaban mutuamente, a veces atrapaban a los autores y, en la mayoría de los casos, acababan intercambiándolos tras acuerdos secretos alcanzados a través de canales diplomáticos.
La tradición continuó durante algún tiempo tras la caída de la Unión Soviética. Cuando el FBI detuvo en 2010........
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