¿Y si fabricantes chinos y europeos comparten sus fábricas de coches?
Los grandes fabricantes europeos de coches han anunciado que revisan a la baja sus previsiones de beneficios (profit warning en el lenguaje de los mercados). Primero fueron las compañías alemanas Volkswagen, BMW y Mercedes; y esta semana ha sido el turno del grupo Stellantis, nacido de la integración de marcas italianas (Fiat), francesas (Peugeot-Citroën) y norteamericanas (Chrysler). Los compromisos de transición del coche de hidrocarburos al eléctrico y la competencia de China se están indigestando al sector en Europa, como bien relataba en este periódico el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Josep María Recasens.
La dramática situación del gremio se refleja en las bajas valoraciones bursátiles. Gigantes del sector, como Stellantis o Volkswagen, cotizan a precios que equivalen a tan solo tres veces sus beneficios. El retrato definitivo lo proporciona la comparación entre Stellantis y Ferrari, compañías del universo Agnelli. Hace cinco meses, el fabricante de coches de lujo igualaba en valor bursátil al holding multimarca. Hoy, Ferrari vale el doble que Stellantis (74.000 millones de euros frente a 32.000 millones) con una facturación 31 veces menor (6.000 millones versus 190.000 millones, con datos de 2023). Esto va más allá de dudar de la capacidad de generación de beneficios futuros, es cuestionar todo el modelo.
La Comisión Europea, consciente del problema, quiere echar una mano al sector, cuya importancia en el empleo es crucial. Por eso le ofrece todo tipo de ayudas, tanto en la producción como en la venta. Incluso está dispuesta a poner........
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