Idiotismos. Caso Ábalos
Un idiota moral siente pocas emociones y activa malos impulsos con mucha frecuencia. Es un biotipo de casi todos conocido. Su presencia es habitual. Un idiotismo moral al modo Diderot es otra cosa.
De esa otra cosa ninguna profesión se libra por noble que sea la profesión. Idiotismo es perder el sentido de la realidad, cotizarse a sí mismo por encima de su justiprecio o buscar con demasiada frecuencia la obtención de un beneficio solo personal. Un idiotismo es segregación de la normalidad y comporta extrañarse del mainstream.
¿Dónde encontrarlo? Pues puede usted encontrarlo en la cercana agrupación local de un partido político o en una lejana sala de un tribunal supremo. En la casa del idiotismo conviven lo mejor de nuestro cuerpo político con esa otra parte de esta sociedad nuestra cuya maldad es tal que no está claro si proviene de su propia........
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