Avance desigual de la derecha europea
Uno de cada cuatro eurodiputados será de extrema derecha, que se ha convertido en la segunda opción de los europeos, por detrás del grupo popular
La conservadora Ursula von der Leyen será presidenta de los populares europeos. Las elecciones al Parlamento Europeo de este tenso y pre-bélico 2024 dieron la mayoría al Partido Popular Europeo (PPE), con 189 escaños de 720 en total, 10 más que en la anterior legislatura. El segundo grupo es de Socialistas y Demócratas (S&D), con 135 escaños. La tercera fuerza política de la Eurocámara, con 80 escaños, está compuesta por los partidos de Renew Europe, centristas, liberales y socioliberales.
Más abajo , pero más rabiosa, es la cuarta fuerza del Parlamento europeo, o sea, la Ultraderecha. Los Conservadores y Reformistas (ECR), el grupo donde participan Vox y el partido proto-fascista de la italiana Giorgia Meloni, han subido a los 72 europarlamentarios. Este resultado, junto con los 58 escaños de Identidad y Democracia (ID), donde participa el partido francés Agrupación Nacional de Marine Le Pen, expone a la luz pública las fuerzas oscuras latentes en los sótanos de la Unión Europea.
Uno puede pensar que todo es resultado de una gran masa ciudadana que en Europa se interesa por el fútbol y los concursos de cantantes, pero que ignora o desprecia lo que ocurre en el terreno de la Política, la Cultura y la Economía, terreno que- les guste o les aburra – es el que aumenta o baja los salarios, los impuestos y la Seguridad Social, entre otras cosas.
Europa votó en un contexto general de creciente descontento por temas como la inmigración, la deficiente economía, el terrorismo islámico y otros temas “peligrosos”. Los países europeos donde la ultraderecha ha ganado las elecciones europeas han sido Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica. Alemania y Países Bajos. Han sufrido el aumento de la ultraderecha, sin llegar a ser, afortunadamente, la primera fuerza votada.
Frente a Finlandia o Portugal, donde la ultraderecha no alcanzó los primeros puestos, en otros países- de tradición democrática - como Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica, parecen haber olvidado las pasadas Guerras mundiales, ya lejanas pero que se originaron por la subida de las Derechas. Así los ultraderechistas han subido en las urnas europeas, urnas que los ultras solían y suelen despreciar. Tal subida refleja así un cambio en la opinión pública hacia posturas más nacionalistas y euroescépticas.
En Francia, el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, recoge el descontento popular y sube al primer puesto electoral. Su campaña hablaba de los peligros de la inseguridad y la “amenazada” identidad nacional. Su triunfo ha obligado al Macron a adelantar las elecciones al Parlamento francés para este 30 de junio.
En Italia, el partido Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, ha consolidando su protagonismo. Su discurso, centrado en la soberanía nacional y la oposición a las políticas migratorias de la UE, ha conmovido los corazones de los italianos con problemas económicos que ni la Meloni ni los opositores han solucionado.
En Austria, el Partido de la Libertad, de posición semi-racista y contra la inmigración y euroescépticas, ha ganado las elecciones, lo que supone un fuerte cambio en la política austriaca. Casi lo mismo ha ocurrido en la Hungría del partido Fidesz de Viktor Orbán, que ha mantenido su primacía pese a, o gracias a, su postura contra el control de la UE en asuntos internos, de la que recibe cuantiosas ayudas económicas .
Bélgica ha visto un empuje de la ultraderecha que ha hecho caer al gobierno. El partido Vlaams Belang, que promueve la independencia........
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