Del arenal al infinito
El fútbol llegó en barco a Gran Canaria, donde desembarcó a finales del siglo XIX como un enigmático e inesperado pasajero. A falta de césped, su práctica se desenvolvió inicialmente sobre los arenales del viejo Hotel Metropole. Marineros ingleses y trabajadores de las compañías británicas corrían al caer la tarde tras un esférico al que daban patadas en un ir y venir que la población isleña contemplaba con mirada sorprendida y socarrona.
Aquella efervescente sociedad insular no podía imaginar la dimensión que alcanzaría el ‘juego de la pelota’ como lienzo y extensión de su propia identidad. El desdén dio paso a un incipiente interés que se colaba tímidamente en el paisaje cotidiano, con minúsculas crónicas de prensa entre las notas culturales o los informes de las consecuencias de los brotes epidémicos en el tráfico marítimo.
Fue el caso de la aparecida en 1894 para dar noticia del enfrentamiento “entre varios individuos de la colonia inglesa y muchos jefes y oficiales de escuadra” al que “concurrieron muchísimas personas”. Este detalle nos revela una respuesta de la comunidad local que empezó a manifestarse también en improvisadas correrías en solares polvorientos en pos de cualquier objeto medianamente redondo. Aquí se encuentra, si me permiten decirlo así, la arqueología del fútbol grancanario.
El inexplicable poder de atracción de aquel Foot-Ball primigenio, el mismo que sentimos hoy en día, hechizó cada vez a más gente en Gran Canaria. En 1901, más de mil personas asistieron al partido entre el British Club y los tripulantes del buque de guerra Isis, según reflejó el catedrático Javier Domínguez García en su libro Cien años de fútbol canario. Como un penalti perfectamente lanzado, nadie podía detener la implantación del nuevo deporte en la isla.
La nueva pasión desembocó en una eclosión de equipos locales, especialmente entre 1904 y 1910, con la fundación del Sporting Central, el Marino FC, el Gimnástico, el Club Canario, el Artesano o el Victoria. Este último logró en 1911 el primer triunfo canario sobre los ingleses al imponerse al Club Teldense, integrado por empleados de la estación del cable de Melenara. Es un simbólico antecedente del talento local y su capacidad para imprimir su sello isleño en todos los terrenos de la vida, también en los del fútbol.
De hecho, estaban empezando........
© Canarias Ahora
visit website