París, no es el Tercer Mundo. La derecha logra romper con la generación de los genios socialistas
Impera un gran escepticismo acerca de las posibilidades de una reforma significativa en París, (Francia), y no solo entre los radicales de izquierda. La crisis de los franceses como sociedad podría llamarse un movimiento de la revolución, después de haber contribuido a la caída de Libia y de su presidente, el comandante y coronel Muhamad Gadhafi. El marco de las relaciones de poder se ha fracturado creando decadencias en las medidas económicas y sociales.
Emmanuelle Macron, no ha sabido redistribuir el poder, y ha creado presión a Alemania, que se encuentra cerca de los muelles de entrada de los musulmanes a Europa, vía El Vaticano- Roma, cuya entrada de extranjeros por el Mar Mediterráneo contó con el beneplácito de Angela Merkel. Macron ha obstaculizado el crecimiento del capitalismo en regiones que miran hacía Irán y Turquía, creando apuros en el gobierno de Erdhogan. La propaganda razonable de la idea socialista ha sido un fiasco. Por ello, Le Pen asegura las regiones donde Emmanuelle Macrón tiene mayoría de votantes, lo que indica que su salida será impasable en el orden moral y ético.
Queda, solo por verse, las nuevas oportunidades de discusión nacional por Estados o divisiones políticas. La Sociedad Industrial, y el nuevo papel mundial de los Estados Unidos de Norteamérica sin Joe Biden y, un Barak Obama escéptico. La derecha con Marine Le Pen vienen disciplinando los votos, y se viene configurando las relaciones industriales, como las instituciones económicas, hay un animado debate por el control obrero en las industrias y las multinacionales.
Lo de Paris, no es ningún juego, sino una cuestión de supervivencia política, y los longevos se encuentran conjurando algún demonio que asuste a la población para crear paradigmas que impongan por la fuerza la estructura social y política para que el derechismo agarre sus pelotas y........
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