Quisiera verlo con mejores ojos, pero me cuesta. No tengo tanto autocontrol como para dejar de mirar algunas noticias, opiniones y redes sociales. Creo que el silencio y la reflexión son las mejores respuestas a lo que sucede durante estos días, pero callarse es un lujo que algunos no se pueden permitir. Se me ha ocurrido comparar las calles embarradas de Valencia con un mercadillo en el que cada uno vende su mercancía y me han dado escalofríos.

Quisiera fijarme en lo malo para que brille lo bueno. A veces, señalar lo patético ayuda a evitarlo y a alejarse de ello. Los que entienden la desgracia en clave política -ya hemos hablado de........

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