Las redes sociales, la plaza pública que nos creímos
Inocentes. Hubo un tiempo en el que celebrábamos las redes sociales como una plaza pública en la que compartir ilusiones, descubrir conocimiento, empatizar con personas e intercambiar likes. Un lugar en el que entrábamos todos y nos hacía creer que nos podíamos comunicar más democráticamente que nunca.
Europa -tan vieja y, a veces, tan ingenua Europa- se dejó conquistar por el simpático marketing de esas empresas que nacen con jóvenes cambiando el mundo desde un garaje. Les dejó el camino abierto. De Google a TikTok. Y, de repente, ahora nos percatamos de que las nuevas "plazas públicas" surgidas en un Internet que estaba por hacer son negocios de poder privado. Podemos seguir jugando a la pelota en ellas, pero necesitamos aprender que su adictivo algoritmo está diseñado para atraparnos en los intereses de sus propietarios, que marcan qué vemos mucho y qué vemos menos.
Elon Musk compró Twitter por 44.000 millones de dólares para dirigir el tráfico de la información a nivel mundial. Como........
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