Es triste espectáculo ver a dos ancianos, Joe Biden y Donald Trump, cada cual por su lado, tratando de convencer al mundo de que un ser humano a los 80 años no es senil, contradiciendo a la ciencia al afirmar que no les ha decrecido la capacidad operacional de la memoria. Hay que ser imbécil para creer que la senectud es el mejor momento de la vida para gobernar a la mayor potencia de Occidente en momentos tan críticos como los actuales.

Colombia vivió esa experiencia a finales del siglo XIX; costó sangre y atraso sin par y 125 años después, no hemos terminado de enmendar las torpezas de dos........

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