¿Qué llevó a los libertadores nicaragüenses y palestinos a encontrarse?
El último barco de abastecimiento de armas a la contra es desviado, venía de Haifá (territorio palestino ocupado por el ente colonial sionazi), el motivo de su marcha atrás fue que la Revolución Sandinista había triunfado. El 17 de julio el tirano Somoza, de quien se decía en el exterior que Nicaragua era su finca, huía en un avión a Miami. La terrorífica Guardia Nacional se rendía al Ejército Popular, y el pueblo en plena alegría celebraba en las calles la libertad con banderas y pañuelos de los colores rojo y negro.
El triunfo serviría para luchar contra el analfabetismo, abrir las puertas de los centros de enseñanza al pueblo, repartir las tierras a los campesinos, poner en marcha los cuidados médicos, garantizar la alimentación a todos, la energía, las comunicaciones, y cuántas cosas más. Adiós barco cargado de armas para asesinar al pueblo nicaragüense. El intento de los imperialistas a través de sus bandidos ocupantes de Palestina fracasó, Nicaragua era libre y soberana.
La guerra había hecho una parada, la paz duraría poco, el imperio, entonces representado por Reagan, no dejaría su esfuerzo criminal, el primer asesinato de “la contra”, un ejército creado por la CIA en el que se organizaron los restos del somocismo y otros tantos mercenarios cruzaban la frontera con Honduras donde tenían su base: su primer crimen lo cometieron en Planes de Vilán en 1983. El enfrentamiento duraría otros 6 años, durante los cuales los sionazis hicieron de torturadores, de instructores de terroristas, y les entregaban las armas como hacían con los ejércitos fascistas de la región, eran sostenedores de las dictaduras que enfrentaban a las resistencias populares en El Salvador, Guatemala, Honduras, … en todo América Latina.
El sionazismo era tan bárbaro en Palestina como los anglos en sus colonias, se dedicaban a la “limpieza étnica”, su propósito colonial en el país que han tomado como base, Palestina, era/es conseguir el territorio “Araberrein”, que quiere decir “limpio de árabes”, “Araberrein ” es análogo al término “Judenrein”, que significa “limpio de judíos”, que es el que utilizaban los nazis. El sionazismo tenía un proyecto de conquista y destrucción tan rentable para los imperialistas, que al acabar en 1945 la Segunda Guerra en Europa y tras decidir la entrega del país Palestino bajo Mandato Británico, siguió de cerca la violencia que desataban los recién llegados, y después de varias guerras en las que salieron vencedores contra los países del entorno que defendían al Pueblo Palestino, acordaron su patrocinio y empleo contra los pueblos que despertaban a la lucha por la independencia. Los imperialistas, encabezados por EEUU, quisieron emplear sus disposición genocida en países en los que habían instalado dictaduras. El sionazismo sería su inversión de futuro.
Ese monstruo ultraderechista de procedencia europea que se ocultaba invistiéndose de religión judía, se postulaba ante sus financiadores como una fuerza capaz para el robo sin ambages. Sus dirigentes habían hecho saber en los escritos su propósito de invadir Palestina y eliminar al pueblo originario e instalarse como colonialistas, su discurso no era banal y por tanto no se lo iba a llevar el aire. Aquel plan de sembrar inhumanidad, su carga infinita de odio, es el que, preparado desde el siglo XIX, acordaron con Inglaterra y la mayoría de los participantes en la recién creada ONU votaron: ese es el origen de todas las guerras y destrucción en Asia Occidental, la entrega de la mayor parte de Palestina mediante la resolución 181, resolución que echaba por tierra los principios constituyentes que prometían el respeto de los pueblos, la partición contra la que hoy se defiende el pueblo usurpado.
El sionazismo como arma del mundo financiero dirigido por los Rotschild, Rockefeller, y criminales como Soros y otros menos conocidos, junto a los que está la mayor parte de la administración del régimen imperial, el “estado profundo”, se sostiene con la generación del dominio que necesitan los imperios en decadencia europeos y estadounidense, es subvencionado como herramienta mercenaria por su ideología supremacista y odio expresado en ejercicio del exterminio del Pueblo Palestino, y con ello va su empeño agresivo de dominio político – económico estratégico de toda Asia Occidental. El imperio estadounidense tendrá en ese ejército colonial una fuerza para emplear en cualquier nación que resulte indispuesta con su dominio. Se escogieron para su instalación jóvenes, fuertes, y que se prestasen a ser reubicados en un país que les era desconocido y en el que cumplirían con el proyecto racista, supremacista, de apartheid, constituirían una fuerza violenta capaz de impedir el desarrollo de los países del entorno geográfico, frenando a las fuerzas independentistas con guerras, y sosteniendo regímenes feudales colaboracionistas, todo ello ha permitido y permite que el capitalismo se lleve y utilice la materia prima fundamental de su apoteósico crecimiento: el petróleo. El plan de ocupación preveía la expulsión de los habitantes, la apropiación de tierras, la creación de colonias, el empleo de fuerzas mercenarias, todo ello lo venían haciendo bajo el Mandato inglés, pero fue la partición la que dio lugar a la entidad político militar sionazi ocupante, y a partir de ella desarrolló en la práctica su plan de genocidio desde el primer día, ahí está la Nakba.........
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